Poco espacio y mucho humo.
Así es el BadenBar (Salamanca), el antro perfecto para recibir a Mifunne.
Cantautor madrileño, definiría el estilo de Mifunne como una especie de "folk psicodélico melancólico", aunque otros lo definen como un "folk marciano". No me preguntéis qué quiere decir, no tengo ni idea.
Al entrar en el pequeño antro, es como si entraras en una reunión de colegas de toda la vida. Ahí está el cantautor, sus colegas, y los que han ido sólo por curiosidad. Pero, aunque no se conozcan todos, en realidad son como una familia con una cosa en común: son indies.
Antes de tocar Mifunne, le deja paso a otro cantautor, Dias de Matanza, con un estilo muy parecido a Revolver. Un aperitivo perfecto que dejaba entrever la gran actuación de la noche.
45 minutos después, entre aplausos, Dias de Matanza dejaba libre el escenario para el siguiente. Mifunne, con sus botas "cowboy", sus pitillos ajustados y un chaleco negro. Subía un auténtico tipo de los 90.
Empieza suave, con una voz delicada, despreocupada, casi susurrante. Me recuerda a Lou Reed.
Poco a poco va llamando la atención de la gente, que le escucha. Acompañándole sólo su guitarra, su armónica y su voz. Pero no necesita nada más.
Canta con los ojos cerrados. Canta canciones de amor, de días fríos y extraños, de susurros que se propagan por el viento, de perder el control. Pero él no lo pierde. Sabe lo que hace, qué frase cantará, qué acorde tocará. No pierde nunca el control. Sereno. Y un cigarrillo, al terminar.
Cuando lo oyes, sientes el verdadero significado del indie. Él es indie.
Por cierto, un gran concierto.
domingo, 31 de enero de 2010
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